Inflación, a medio/largo plazo
El Banco Central Europeo decidió en su última reunión de la semana pasada dejar para 2015 su decisión de iniciar un programa de relajación cuantitativa o QE (Quantitative Easing). Sus expectativas de crecimiento para 2014 se redujeron hasta 0,8 por ciento y para 2015 hasta el 1 por ciento.
Modificaba también a la baja sus estimaciones de inflación para 2016 hasta el 1,5 por ciento, enfatizando la unanimidad del Consejo de Gobierno en su compromiso para utilizar instrumentos no convencionales dentro de su mandato si la inflación continuara a niveles tan bajos por un periodo de tiempo prolongado.
Teóricamente, la compra de bonos por parte del Banco Central serviría para inyectar dinero en la economía, provocando mayor consumo y una consecuente subida de precios. Si esto es así, la inversión en un activo a largo plazo ligado a la inflación debería ser una inversión adecuada para una etapa de mercado como la actual. El Tesoro Español ha emitido este año bonos ligados a la inflación en diversas ocasiones, a lo largo del año. Este tipo de bonos europeos se diferencian de los bonos nominales en que su principal evoluciona según el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), excluido el tabaco. Mientras que un bono nominal paga todos los años un cupón fijo, el bono ligado a la inflación va aumentando su principal con la inflación.
Entre los fondos de inversión que invierten en bonos ligados a la inflación, el mejor resultado durante 2014 lo obtiene la clase A de capitalización en libras esterlinas (con cobertura) de Axa World Funds-Global Inflation Bonds con una rentabilidad de 15,83 por ciento, según VDOS. Referenciado al índice Barcap World Inflation Linked Bonds, el fondo invierte al menos dos tercios de su patrimonio en una cartera diversificada de valores de renta fija referenciados a la inflación y otros títulos de deuda, de emisores de todo el mundo. Sus mayores posiciones corresponden a Notas del Tesoro de EEUU (US Treasury Note) así como emisiones del Reino de España, de la República de Italia y Bonos del Tesoro de EEUU Protegidos Contra la Inflación (US Treasury TIP).
También con calificación cuatro estrellas de VDOS, Oyster-Multi-Asset Inflation Shield USD obtiene en el año una rentabilidad de 14,50 por ciento. En el último año, la revalorización es de 16,49 por ciento, con un controlado dato de volatilidad de 4,14 por ciento que lo posiciona entre los mejores fondos de su categoría por este concepto, en el quintil cinco. Tomando como referencia el índice JPM United States GBI TR, el fondo invierte hasta dos tercios de su cartera en obligaciones denominadas en dólares. Entre sus mayores posiciones encontramos emisiones de renta fija corporativa como Abbvie Inc, Kansas City Southern, O Reilly Automotive Inc, Duke Energy y Mylan Inc.
Con un dato de volatilidad a un año notablemente reducido (2,38%), la clase N de Groupama Index Inflation Euro se revaloriza un 7,06 por ciento en el último año y un 25,66 por ciento a tres años. Su índice de referencia es el Barclays Eurozone ALL-CPI Total Return, al que se propone batir invirtiendo entre un 50 y un 100 por ciento de su patrimonio neto en bonos indexados a la inflación. Emisiones de la República de Italia, de la República de Alemania y del Gobierno de Francia están entre las mayores posiciones de la cartera de este fondo.
Partiendo de un nivel de inflación tan bajo como el actual, la probabilidad de que la inflación aumente en los próximos cinco a diez años puede considerarse bastante elevada. Los fondos que invierten en bonos ligados a la inflación parecen, por tanto, una buena opción de inversión para el medio/largo plazo.